Bajo la denominación de patrimonio cultural se encuentran aquellos bienes tangibles, intangibles y naturales que forman parte de prácticas sociales a los que se les atribuyen valores para ser transmitidos entre generaciones y épocas distintas.
En los últimos años nadie ha puesto en duda el valor de la digitalización del patrimonio cultural inmaterial como método de aseguramiento, pervivencia y permanencia de la tradición oral y sonora de nuestra sociedad, siendo más difícil abordarla para aquellos bienes tangibles y más aún si los bienes tienen el orden de magnitud de un edificio o conjunto de ellos.
La exposición de estos a condicionantes climáticos, sociales y económicos tiene como resultado la pérdida definitiva de elementos que los componen, por lo que se produce una destrucción parcial o en algunos casos integral y definitiva del bien a proteger, impidiéndose por tanto la transmisión objeto principal de patrimonializar los bienes.
La digitalización del activo permite no solo la concreción de datos geométricos y fotográficos de manera inequívoca si no la gestión de estos con diferentes objetivos como pueden ser:
- Control de la transmisión de datos de interés, pudiendo resultar un archivo de consulta bajo el control de la administración competente.
- Archivo único con datos inequívocos, fiel representación de la realidad existente en el momento de la digitalización, conservación métrica y de características fundamentales de los elementos.
- Generación de documentación 3D y 2D en el caso de inexistencia de la segunda.
- Posibilidad de reproducción parcial o total de elementos que componen al activo, robots de esculpido de materiales o impresoras aditivas.
- Ubicación del elemento en el entorno más cercano.
- Gestión del patrimonio cultural con fines turísticos.
Se presenta la aplicación de la tecnología a varios casos de estudio, Fuente de Foncalada, Fuente de los Cuatro Caños y Cubierta de Lavadero anexo en Oviedo, así como la Cubierta del Mercado de ganado de Pola de Siero.